SOLOLOY. Cámara mental de los niños solos amplia su investigación y nos sitúa ante la necesidad de hacer un homenaje (que parte de lo autobiográfico) al esfuerzo y las situaciones de supervivencia de los niños de la calle: niños que bolean zapatos, niñas que piden limosna, niños mineros, niños jornaleros, niños que venden dulces, flores, chicles, niños que limpian vidrios, niñas que venden cigarros, niñas que venden muñecas de tela. Desde este espacio microscópico, un humilde observatorio, una sencilla traslación poética de esa complejidad.
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